Publicado por

Etnografía para el diseño

Mujeres jugadoras de esports y el acoso.

Comunidad

Ya habiendo desarrollado mi KIT DE CAMPO, es la hora de empatizar y comprender a estas personas.

No he seleccionado un grupo o equipo en concreto porque hay casos en los que no ha habido acoso (en su minoría) así que decidí lanzar la pregunta al aire en twitter dirigido a las mujeres que hayan recibido acoso a lo largo de su carrera. También, accedí a la plataforma de streaming online twitch varias horas para ver si en directo algún espectador o algún propio jugador acosaba a la jugadora que retransmitía.

Seleccioné esta red social porque es el principal mundo donde se mueven estos grupos así que era la perfecta llamada de atención.

Sé que no escoger a nadie en concreto es difícil de analizar pero las conductas sistemáticas me ayudarán en mi investigación, además no es solo analizar a las chicas, si no a los acosadores.

En este trabajo me gustaría comprender sus necesidades, comportamientos, antecedentes culturales y motivaciones.

También conocer las motivaciones de los susodichos que las acosan para poder realizar un estudio exhaustivo de ambas partes.

«Net»nografía.

Mi observación ha sido completamente virtual y participativa, utilizando completamente mi KIT de campo como herramienta de información y comprensión.

Para «inaugurar» esta investigación me gustaría añadir que la primera jugadora profesional de League of Legends recientemente se suicidó por el acoso que recibió, ella y unas cuantas más.

Fuente: https://www.lavanguardia.com/videojuegos/20191230/472613429854/videojuegos-remilia-league-of-legends-muerte-trans-suicidio.html

Una vez dicho este dato, y habiendo creado el ambiente, mi primera toma de contacto, en realidad, fue hace unos años en el que formé parte de esta comunidad como jugadora semiprofesional de League of Legends y Overwatch, así que para investigar y empatizar con las afectadas tenía una ventaja. Pero en esta investigación utilicé sabiamente el «extrañamiento» a la hora de interrogar a algunos usuarios acosadores e incluso de refrescarme de nueva información acerca de esta industria que anteriormente desconocía, ya que forme parte de ella hace más de 5 años.

Así que realmente el primer contacto que tuve fue lanzar la pregunta utilizando parte de mi kit de campo ordenador con internet y el recién añadido, redes sociales. Esta fue:

¿Qué casos habéis tenido de rechazo? ¿Cómo habéis reaccionado? ¿Cómo os ha afectado después? ¿Los haters existen y hay que prepararse para ellos, pero, tu estabas preparada?

Una vez lanzada la pregunta, empezaron a llegar mensajes privados de chicas que habían sido acosadas, incluso llegaban vídeos de otros casos bastante más fuertes.

Utilizando mayormente la paciencia (estos temas me suelen poner nerviosa y enfadarme) y siendo completamente objetiva analicé las respuestas de las chicas que me hablaron por Twitter.

En su mayoría están cansadas, desanimadas, tristes, frustradas y apáticas.

Una en concreto me dijo su rutina era hacer ejercicio, comer, pasear al perro, trabajar y al llegar de un dia cansada la apetecía jugar con su equipo, entrenando de «buen rollo», que encontraba la salida a ese día tan monótono. Pero que muchísimas veces se tenía que ir del entrenamiento porque se frustraba, acababa llorando porque alguno de los chicos del equipo contrario la menospreciaba.

Para la segunda toma de contacto procedí a meterme en la plataforma de streaming online Twitch, durante varios días para observar el patrón de emisión y las «costumbres y rutinas» tanto del espectador como del streamer.

También, en medio de la retransmisión les preguntaba a algunas chicas pero al haber tantísimo volumen de gente hablando a la vez algunas preguntas desaparecían y esto sumó dificultad a mi análisis., pero, cuando podían leerlo me respondían sin problema.

Dentro de este estudio y para sumergirme más le pedí a una ex compañera que jugase conmigo en directo, a través de la plataforma de audio Discord para escucharnos entre nosotras , Twitch para retransmitir la partida y que los usuarios participen comentando y el videojuego al que jugaríamos, en este caso Valorant. Sucedió lo esperado, unos chicos por chat de nuestro propio equipo nos mandó a fregar. Tras vivir esto mi compañera se puso muy triste, y yo me enfadé pero acabamos animándonos entre nosotras., mientras tanto recibimos mucho apoyo en el chat de la retransmisión. La gente nos decía que pasásemos de ellos, que no merecían la pena e incluso les insultaban. También nos apoyaron y rechazaron esas conductas.

Después de varias horas de observación, análisis e investigación me centré en el otro bando, el de los acosadores.

Quería saber por todos los medios qué les mueve y el por qué de esas razones, teniendo en cuenta el ámbito cultural de cada individuo, por supuesto. En este caso si que tenía que subir de nivel mi paciencia y objetividad así que me adentré de lleno en su entorno visualizando sus patrones a la hora de hablar por chats de texto en retransmisiones o de chat de voz.

Una de las virtudes de la etnografía es saber las motivaciones de todas las partes implicadas así que envié mensajes privados dentro de la plataforma haciéndome pasar por uno de ellos.

Me camuflé, me moví en su entorno, en su comunidad y apliqué la técnica del extraño. Me convertí en Shodo, un chico de 30 años que odia a una chica que se ha hecho famosa antes que el, y busca apoyo en algunos haters que ha encontrado en Twitch.

Las preguntas eran tales como:

¿Tu porque lo haces? ¿Qué odias de esa persona? ¿Qué te ha hecho? ¿Estás bien?

La mayor dificultad de preguntarles en anónimo es que algunos me tachaban de loco o ni me respondían.

En su mayoría era por diversión, para ver como reacciona la chiquilla y buscando un momento de atención.

En algunos casos encontré chicos en los que su ambiente socio-cultural era muy machista y simplemente no aceptaban que una chica se ganase la vida jugando a videojuegos porque ese era trabajo de los chicos. Estos últimos añadían estudios de por qué una mujer es inferior jugando videojuegos.

El más destacable fue un señor que hace unos años fue jugador profesional que perdió contra un equipo de chicas. A raíz de esto comenzó a entrar en Twitch a insultar a toda mujer que veía.

En resumen, los patrones de odio, irrespeto, envidia, aburrimiento, desinhibición social, narcisismo e incluso neuro divergencias relacionadas con la autoestima y la depresión se ven compartidos por estos grupos de individuos que intentan paliar su día a día arruinando el de los demás a través de herramientas como redes sociales o videojuegos.

Sara García Antúnez, abogada de la plataforma Stop Haters, «los ‘haters’ tienen un patrón común de comportamiento. Basan su hostigamiento en las características físicas de su víctima, o en cuestiones relacionadas con su sexo, ideología o religión. El acoso suele comenzar con comentarios públicos que se van repitiendo a lo largo del tiempo cada vez con más constancia. En ocasiones, esto puede transformarse en amenazas, e incluso en agresiones físicas.»

Es curioso ver como la cultura se ha re-inventado por los fenómenos sociales, políticos y económicos. Pero sobre todo he de recalcar algo que no me esperaba, el odio que albergan estas personas y qué mal gestionada la salud mental para poder ayudarlos y comprenderlos.

«Internet no sólo es un medio, es un actor que permite la construcción del sentido humano en donde el símbolo cede paso al código: los algoritmos no son programas neutrales, inciden en la realidad ya que controlan la información (y la realidad) que es visible, y al mismo tiempo, como dice Remedios Zafra, los ojos que observan (quién puede observar y quién no).»

Esto es ni más ni menos que una consecuencia del «ciberbullying» puede tener el mismo impacto en las víctimas que el acoso tradicional. En efecto, como afirma Rafael San Román, psicólogo de la plataforma online ifel, estos dos procesos comparten un patrón común: “Surge una relación en la que una parte ejerce el poder sobre la otra. Se extiende en el tiempo. Sin embargo, señala, las consecuencias del ciberacoso puede ser que supere las consecuencias del ciberacoso tradicional debido a su inmediatez y omnipresencia.

“La víctima se siente impotente porque no tiene control sobre la situación, especialmente en formatos insensibles, le explicó a Vozpópuli. «El acoso puede causar trauma a la víctima si es prolongado». También señaló que los «haters» creen que no son castigados mediante el anonimato después de un comportamiento anónimo, por lo que los ataques pueden ser mucho más severos que en el caso del acoso tradicional.

Conclusiones

Mi presencia no ha afectado a la comunidad, es más he pasado completamente desapercibida ya que fui parte de ella, y en el caso de los haters al ser un tema anónimo no se han sentido violentos.

Me ha servido para ver qué mueve a esta gente, para ver ambos bandos, para saber la raíz de las molestias e intentar solucionarlo, es urgente buscar una solución ética para un problema que puede acabar con la vida de una persona. El acoso por tu género o por simplemente hacer lo que te gusta no debería tolerarse.

El ámbito socio-cultural de las chicas era bastante amable, feminista y participativo, no tóxico. Por la parte de los acosadores tenemos un ámbito machista, lo que genera desconocimiento y hundimiento en las corrientes contrarias a su pensamiento.

Personalmente, analizar un ambiente es gratificante y muy curioso pero analizar a dos tipos de participantes ha sido exhausto pero merece la pena para poner fin o al menos ayudar a esta gente que sufre en su día a día.

Aunando los conocimientos psicológicos de ambos bandos he llegado a la conclusión de que como diseñadora soy la llave para el cambio, la detonante así que haré todo lo que esté en mi mano para al menos concienciar a este sector.

Internet es el día a día de estos, así que hay que explotar esta herramienta. Twitter es la red social más utilizada por los jugadores así que optaré por una campaña en esta plataforma para acercar a la gente la realidad que acontece, a través de imágenes persuasivas e impactantes para informar de la situación y twits con texto que alberguen el hastag #Nomás. Para las jugadoras, imágenes de apoyo y direcciones web con comunidades femeninas para que se sientan apoyadas.

En el caso de los haters, se hará uso de las imágenes impactantes apelando al lado primitivo del cerebro para acabar añadiendo que si sufren busquen ayuda, que son humanos y que pueden caer.

En resumen, una campaña para empatizar, comprender y analizar la situación de todos a través de internet (herramienta principal de la nueva netnografía) y las redes sociales (pilar del estudio de la antropología social actual).

Debate0en Etnografía para el diseño

Deja un comentario